El síndrome que ocurre mientras duermes puede detener el flujo de sangre al cerebro
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Dormir es una actividad fundamental para el organismo. El sueño tiene una función fisiológica con una finalidad reparadora y renovadora imprescindible para la salud, tanto física como mental, porque ayuda a recuperar las fuerzas y la energía gastada, preparando así al organismo para afrontar un nuevo día. Por ello, cuando se producen trastornos en el sueño que le impiden ejercer su función reparadora, como el síndrome de apneas, la salud se resiente.

Precisamente, uno de los trastornos del sueño más frecuentes es la apnea obstructiva del sueño (AOS). Según recoge la Clínica Mayo, esta se produce cuando los músculos que sostienen los tejidos blandos en tu garganta, como la lengua y el paladar blando, se relajan de forma temporal. Entonces, la vía respiratoria se estrecha o cierra y tu respiración se corta por un momento.

Puede que creas que es poco común, pero el síndrome de apneas durante el sueño es una enfermedad muy frecuente, que afecta al 40 por ciento de hombres, al 20 por ciento de mujeres y al 1-3 por ciento de niños.

En términos generales, se puede decir que un 20 por ciento de la población adulta lo sufre, y el 25 por ciento de los accidentes de tráfico están relacionados con ella. En España hay entre uno y dos millones de personas que la padecen, aunque sólo estén diagnosticados el 20 por ciento.

Roncar en exceso y notar somnolencia durante el día son señales de alerta de apnea del sueño (AOS), un trastorno que afecta al 20 por ciento de las mujeres adultas y a más del 40 por ciento de los hombres”, nos cuenta el doctor Carlos Ruiz Martínez, médico especialista en Neumología y Medicina del Sueño, y jefe de Neumología del Hospital San Pedro de Logroño.

Se entiende que “una cadencia de entre 15 y 30 ceses de respiración por hora de sueño indica apnea obstructiva del sueño (AOS) de moderada a grave”, detalla el especialista. Recalca, además, que sólo entre un 5 y un 10 por ciento de las personas que padecen AOS han sido diagnosticados y tratados. Es decir, que la mayoría de la gente no sospecha que tiene apneas respiratorias mientras duerme.

Sin embargo, existen una serie de síntomas diurnos comunes en las personas que padecen apnea del sueño. Entre ellos destacan la somnolencia, cansancio crónico, apatía, irritabilidad, cefalea, dificultad de concentración, pérdida de memoria, despistes, impotencia, inapetencia sexual, etc.

Además de causar todas estas molestias durante el día, la apnea del sueño puede agravar o predisponer a padecer ciertas dolencias cardiacas, siendo un factor de riesgo independiente para la hipertensión arterial, la isquemia coronaria, la arritmia o los accidentes isquémicos cerebrales, que ocurren cuando se detiene el flujo de sangre a una parte del cerebro por un breve período de tiempo.

Las consecuencias pueden llegar a ser muy graves. Por eso, “cuando existe una sospecha de padecer apnea del sueño, para establecer su diagnóstico se debe realizar una prueba mientras se duerme”, detalla el Dr. Ruiz Martínez, “para lo cual se colocan en el cuerpo una serie de sensores que registran y graban la respiración y oxigenación durante el sueño”.

Mediante estas pruebas, continúa el especialista, se establece el nivel de gravedad de la apnea que puede variar desde leve a grave, si las pausas de respiración están por encima de 30 por hora de sueño.

Existen tratamientos contra la apnea obstructiva del sueño. Un tratamiento implica el uso de un dispositivo que utiliza presión positiva para mantener las vías respiratorias abiertas mientras duermes. Otra opción es una boquilla para empujar la mandíbula inferior hacia adelante durante el sueño. En algunos casos, la cirugía también puede ser una opción. (Foto: Getty)
 
Existen tratamientos contra la apnea obstructiva del sueño. Un tratamiento implica el uso de un dispositivo que utiliza presión positiva para mantener las vías respiratorias abiertas mientras duermes. Otra opción es una boquilla para empujar la mandíbula inferior hacia adelante durante el sueño. En algunos casos, la cirugía también puede ser una opción. (Foto: Getty)

En los casos más graves se indica tratamiento con CPAP (presión positiva en la vía aérea) que consiste en un compresor de aire en miniatura, que proporciona aire a una presión continua determinada”. “Solo en casos muy seleccionados, se indicarán procedimientos quirúrgicos sobre la vía aérea superior”, comenta el jefe de Neumología del Hospital San Pedro de Logroño. Por ejemplo, "en niños con apnea del sueño está indicado quitar las anginas y vegetaciones”.

De cualquier forma, lo primero y fundamental es “adquirir hábitos de vida saludables e higiene durante el sueño e intentar corregir los diferentes factores que puedan favorecer el colapso de la vía aérea superior como dormir de lado, evitar la obstrucción nasal, evitar alcohol, sedantes y tabaco, y perder peso”, concluye el especialista.

Fuente: es.vida-estilo.yahoo.com

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